lunes, 29 de abril de 2013

UNA DESALINIZADORA UNIDA A MÍ.


Pues mire usted, hoy me apetece contar mi historia con una desalinizadora (desaladora) que patenté por allá en el 2001 y publicada en el 2003 (Enlace).

Corría el año 1999 cuando realizando un cursillo sobre hidráulica, se me ocurrió preguntar a mi profesor que si una columna de agua de 10 Mtr de alto ejercía una presión en su base equivalente a la presión atmosférica, por lógica, una moto-bomba por succión situada a partir de esos 10 metros de desnivel con respecto a la superficie del agua, sería incapaz de bombearla por muy hermético y por muchos miles de caballos de potencia que tuviese. Tras pensar en la pregunta unos buenos segundo me dijo, “Siiii, yo he visto moto-bombas de succión sacar agua con más de 200 metros de desnivel”. O bien no entendió mi pregunta, o bien estaba confundido, el caso es que no me convencía su respuesta. Poco después, leyendo una revista de ciencia, encontré un artículo que trataba de los problemas que se encontraría un equipo de astronautas en la Luna en caso de hallar agua en ella, dado que el agua tiene la cualidad de pasar del estado sólido al gaseoso sin pasar por el estado líquido cuando se encuentra en condiciones de alto vacío (Sublimación)
Uniendo estos dos datos sin relación aparente entre sí y situándonos en un escenario a nivel del mar, se obtiene que si en una tubería cuyos extremos estén uno bajo el nivel del agua salada y el otro situado a más de 10 metros de altura, donde colocaremos una bomba de vacío, lo lógico sería que una vez provocamos el vacío en el interior de dicho tubo al extraer el aire, el agua suba igual que cuando absorbemos una horchata por una pajita, una vez la columna creada en el interior del tubo ejerciese una presión en su base igual a la presión atmosférica, dicha columna dejaría de ascender, ya que es la presión de la atmósfera en el exterior lo que hace que realmente ascienda el agua por el interior, consiguiendo sobre la superficie del agua en el interior del tubo, un vacío suficiente como para permitir al agua pasar a estado gaseoso sin necesidad de calor externo…
Una vez realizadas unas investigaciones en “San Google” y las pruebas pertinentes tras comprar una bomba de vacío y usando un pozo de un familiar que reunía las condiciones idóneas, comprobé que la teoría se acomodaba a la práctica, llegando a ascender el agua por el interior de la manguera transparente, hasta los 9,40 metros de altura y sobre ella, una presión de vacío de 0,06 Atm que se llenaba de vapor de agua, ¿Qué cómo sé que estaba lleno de vapor de agua?, fácil, cogí hielo de la nevera y lo froté sobre la manguera por encima del nivel del agua, al traspasar el frío del hielo la pared de la manguera, empezó a condensarse el vapor de su interior y el agua de la manguera empezó a “hervir” cerca de la superficie para reponer la perdida de presión provocada por la condensación del vapor… ¡¡¡Genial!!!, ¿no?

LAS PENÚRIAS:
Una vez resuelto como sacar el vapor condensado por un lado, la entrada de agua nueva por otro y la extracción del agua no evaporada, más fría y salada por otro (véase esquema del enlace del título), me decidí a patentarlo. Cuál no sería mi sorpresa, cuando el Señor Giacomo, del club de inventores españoles, ante el asombro de la sencillez del sistema y comprendiendo que aunque el rendimiento era bajo, lo que más sobraba en todo esto era la materia prima que es el agua de los mares y océanos… me miró a los ojos y me dijo “Lástima que estés en España, si quieres, lo llevamos a patentar, pero desde ya te digo que no tendrá futuro”… ¿Cómo?, no entendía nada, con el PHN en todo su apogeo, estudios para construir desaladoras nuevas  por las costas españolas y ¿no tendría futuro un sistema que apenas requiere energía, abarataba el M3 a una ¼ parte del coste de las actuales y tan sencillo de construir?... me explicó que en España, el agua está en manos de 4 grandes empresas y que no se hace nada en este país relacionado con el agua sin su consentimiento, “¿y?, me preguntaba yo”, pues que estas empresas cobran una subvención con dinero público por el coste energético que tiene el desalinizado y así poder ofrecer el M3 de agua potable a un precio asequible para el consumidor, pero como estas grandes empresas, suelen producir su propia energía que consumen en dichas plantas desaladoras, pues cobraban por el agua y por la energía consumida, por lo que su beneficio era (ES) doble y no iban a permitir que un invento como este se llevase a la práctica,... no necesitan comprarlo, no necesitan ni tan siquiera hablar con el inventor, ni mandar a nadie a “convencerme” de que me olvide del tema, bastaba dejar que un don nadie como yo, sin recursos y sin contactos se cansase de dicho invento… y así sucedió, dejé caducar la patente.
Un buen día, un empresario de México se puso en contacto conmigo interesado en el sistema, le expliqué que eran necesarias unas condiciones físicas en la costa para implantar este sistema y la costa de la ciudad de Progreso, provincia del Yucatán, México, que era para donde él quería el sistema, las reunía todas menos una… no tiene aguas frías de las profundidades para la fase de condensación dado que dichas aguas son muy cálidas (28º-32º todo el año) y su profundidad cerca de la costa no alcanzaba los 4-8 metros, así que una vez dejado claro que no tenía ya la patente, empecé a estudiar su problema, el resultado fue una desaladora más compacta,  con un rendimiento miles de veces superior al patentado anteriormente gracias a un sistema de condensado por fuerza centrífuga en condiciones de alto vacío y recuperación térmica del calor generado en la condensación, lo que la convertía en un sistema muy prometedor para ser vendido a particulares con acceso al agua de mar y vender el excedente de agua potable inyectándola a la red que hiciese posible una amortización del coste de la adquisición del sistema (en Progreso estaba el coste del M3 en unos 3,50 $ por ser transportada el agua potable desde más de 300 Km, de los cuales, la mayor parte la subvenciona el gobierno de México) y este sistema producía el M3 por unos poquísimos céntimos en costes energéticos, la única condición que le ponía era que él tenía que patentar el nuevo sistema y venderlo, yo no quería nada, ni saber nada, me bastaba la satisfacción de saber que mi idea habría visto la luz… ¿Qué pasó???, pues algo similar a España, intereses que hacían que este señor, curiosamente con el mismo apellido que un español escritor e inventor de otra desaladora, Figueroa, se negase rotundamente a ser el quien lo patentase, el solo quería vender el sistema una vez construido, por lo que al final, todo esto cayó en el olvido por 10 años, y así seguirá mientras los hijos de los que controlan el agua no sean los que pasen sed, aunque otros 3 millones de niños si mueran por falta de agua cada año en el mundo. (Quien controle el agua, controlará el mundo)

Perdón por el tostón, pero me apetecía contarlo.

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